Te quiero contar algo que me pasó el fin de semana.
Quizás te pueda aportar algo…
Resulta que tuvimos qué hacer en familia un viaje en carretera de unas 3 horas.
De Maldonado a Flores.
No es la primera vez que lo hacemos, pero esta vez era distinto.
No éramos los 4 de siempre, éramos 5.
Esta vez, Tea, nuestra cachorra de 5 meses nos acompañó.
Era nuestra primera experiencia en viajes con perros, así que partimos de la base que deberíamos parar cada tanto para que hiciera sus necesidades.
A mitad de camino nos detuvimos a poner combustible y la cachorra que es un poco tímida sufrió el salir del auto… no funcionó.
Un poco más adelante, vimos un parque que siempre nos había llamado la atención, y decidimos parar ahí.
Un lugar hermoso, ahí saqué la foto que corona este mail.
No va al caso, pero es el embalse del Canelón grande.
Claro que Tea se sintió mucho más cómoda e hizo casi todo lo que debía hacer.
De hecho nos quedamos un rato largo ahí, es un lugar maravilloso que invita a sacarse los zapatos, pisar la pinocha y conectarse con la naturaleza.
Me quedó dando vueltas en la cabeza la cantidad de veces que pasamos por ahí y que no paramos….
Todo esto me generó una pregunta…
¿Cuántas cosas nos estamos perdiendo por no parar?
Me hizo acordar un corto que cada tanto vuelvo a mirar, una genialidad de la publicidad que deja un mensaje enorme.
Se llama «Las pequeñas cosas» y está protagonizado por Jean Reno y Laia Costa, te recomiendo que lo mires, porque trasmite mucho mejor lo que quiero contar en este correo.
Si tienes ganas, luego me cuentas que te pareció.
Un abrazo
Rodrigo
3 comentarios en «Lo mejor de la vida»
Muy cierto Rodrigo¡¡ el otro dia hice algo similar aubque mas citadino y entre a ver el jardin japones en el museo Blanes. Un alto en el camino……muchas gracias, te sigo desde hace años ¡¡. Silvia
lo que más disfruta son de pequeñas cosa ,lo que te llena de felicidad y alegría.
Muy bien mensaje Rodrigo!!
Lo que tenemos que parar es la cabeza, que es la que nos lleva a caminar ese trayecto que estamoa haciendo mirando al piso, en lugar de levantar la cabeza y mirar la arquitectura, el cielo, la naturaleza, la cara de otro, etc. Para pensarlo. Abrazo