En mi visión, el objetivo de las finanzas personales es usar el dinero como herramienta para vivir una buena vida.
No es la única herramienta, pero es necesaria.
Esto de «la buena vida» me ha llevado a investigar disciplinas diversas, leer mucho, hablar con cientos de personas y hacerme muchas preguntas.
Una de las grandes oportunidades que me regaló la vida es poder interactuar con mucha gente, en especial por el podcast lo que deriva en redes sociales.
Hace unas semanas que le vengo dando vueltas a este tema de que no sabemos estar sin hacer nada.
El otro día lancé en instagram la pregunta abierta sobre nuestra capacidad de simplemente disfrutar el no hacer nada y las respuestas fueron categóricas.
En su mayoría, de las cientos de respuestas, el «hacer cosas productivas» y no poder parar la pelota es la constante.
Respuestas como:
«Me pasa hasta con los momentos de relax. Me siento culpable de no estar relajándome lo suficiente»
«No me puedo sentar ni 15′ a tomar mate que me siento mal»
«Estuve 15 años como ejecutiva de un Banco y me cuesta no mirar los mails todo el tiempo»
«Trabajaba 6 días a la semana, ahora cambié de trabajo y trabajo 5, los sábados me pongo de mal humor porque no se que hacer»
«Disfruto las vacaciones, porque las uso para ponerme al día con el trabajo atrasado»
Y así, muchas más….
Me propuse investigar este tema y llegué al libro 4000 semanas, gestión de tiempo para mortales de Oliver Burkeman.
El el libro se menciona este problema y dice que olvidamos el valor de ocio.
De hecho, para los griegos existía el concepto de ocio como valor y ahora se ve cómo desperdiciar el tiempo.
Lo que dice Burkeman en el libro es que debemos re descubrir las tareas que no tienen un fin productivo, que solo están apuntando al disfrute.
No ir al GYM para conseguir tener músculos, ir al GYM por el hecho de ir, porque lo disfrutamos.
No salir a caminar para hacer ejercicio, solo por disfrute.
No subir la montaña para sacar la foto para instagram, solo hacerlo por subirla.
Entonces, si tienen ganas de meterse en este mundo de apagar el chip productivo y hacer cosas solo por hacerlas, acá va un ejercicio.
Salgan a caminar sin rumbo, sin celular, por una hora. Puede ser en el campo, puede ser en la ciudad, puede ser por la playa, por donde quieran.
Solo caminar, no para hacer ejercicio, no para sacarse una selfie, no para resolver los problemas existenciales, solo por hacerlo.
Si ves un lugar para sentarte y te dan ganas, dale. Si te querés tomar un café en un bar, adelante (llevá plata). Pero que la acción sea un fin en si mismo, no buscando algo más.
Es un comienzo, es una semilla, que nos va a ayudar a comenzar a apagar ese demonio interno que nos susurra al oído que tenemos que ser productivos todo el tiempo.
Un abrazo
Rodrigo
P.D. ¿Me cuentas como te va con el ejercicio?