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¿El sacrificio está pasado de moda?

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Vivimos en una era donde la palabra «sacrificio» se está cargando de connotaciones negativas y quizás estamos cometiendo un terrible error que afectará a las nuevas generaciones…

Me crié en un balneario de Canelones llamado Shangrila.

Mis veranos durante toda mi infancia y adolescencia se tradujeron en una sola cosa: «ir a la playa»

Desde que tengo memoria, el agua poco cristalina, la gran playa de arena y el grupo de amigos «de la playa» era lo que copaban todos mis veranos.

Hermosos recuerdos.

Ya de más grande, y luego de tener el aval de mis padres, comencé a ir a la playa con mis amigos del liceo.

En ese momento comenzó el interés por los deportes acuáticos.

Todo comenzó cuando a Seba le regalaron una tabla de bodyboard, esas tablas que son más cortas que una tabla de surf y que no tienen punta.

En aquel entonces, esas tablas eran muy caras, no las podías conseguir en la juguetería de la esquina made in China, las vendían en una de los 3 surf shop que habría en el país.

En ese momento tendría 15 años y solo quería una cosa en la vida: mi propia tabla de bodyboard.

El problema estaba en que era algo muy caro para mi familia, simplemente no daban los números y yo lo sabía.

De nada servía patalear, yo sabía que la plata no daba, era consciente de la situación financiera de mi casa, que no estaba mal, pero no podíamos darnos ese lujo.

En una jugada brillante mi padre me dijo: «No podemos comprar una tabla de esas, entonces vamos a hacerla»

Fue una jugada brillante porque mientras estudiábamos como hacerla y conseguíamos los materiales, se acabó el verano y mi entusiasmo se aplacó.

Estamos hablando de una era pre internet, donde la información era escasa.

La cuestión es que cuando la primavera empezó a asomar, volví sobre el tema y la realidad es que el intento de fabricar la tabla fracasó. No nos salió.

Quedé devastado por imaginar otro verano donde Seba, Luis, Juan Pablo, Mauricio y el resto de mis amigos iban a estar en el agua con sus tablas, mientras yo los miraba desde la arena.

Entonces un día mis padres me llamaron y me dijeron:

«Rodrigo, una tabla de esas que querés salen muy caras ¿cuánto dinero tenés ahorrado? Quizás entre los dos lleguemos y te la podamos comprar para Navidad.

Así fue que vacié mis ahorros, que eran producto de «trabajos» que mis padres me encargaban, como limpiar el taller que siempre estaba cargado de viruta de madera y aserrín.

Entregué mis ahorros y esa Navidad tuve la mejor tabla que podía haber soñado.

Fui mi posesión más preciada por muchos años, volvía de la playa y la limpiaba para sacarle la sal y la guardaba en mi dormitorio colgada de la pared con orgullo.

Fue así hasta que crecí, se acabaron los veranos de solo playa y decidí heredarla a mi sobrino que no se que hizo con ella al punto que hoy no se si existe.

La cuestión es que para mi fue un objeto de deseo que me implicó un sacrificio enorme. El 100% de mi capital ahorrado a los 15 años y el tener que esperar un año entero para conseguirla bajo la incertidumbre de si era posible.

Tengo la impresión que si trasladamos esta historia a la actualidad, esos padres serían vistos prácticamente como que estaban maltratando a su hijo… al final, ¿Era cuestión de meter la tarjeta de crédito en 12 cuotas y así hacer feliz al nene, no?

Yo me llevé una lección que me marcó de por vida y mis padres no tuvieron que comprometer su futuro en cuotas.

¿Cuánto vale eso?

A veces el sacrificio para obtener algo nos marca de tal manera que nos hace valorar realmente las cosas.

Tener unas buenas finanzas no implica que tengamos que darle a nuestros hijos todo lo que piden (o a nosotros mismos), es probable que si hacemos eso, es probable que sin querer estemos comprometiendo su futuro (y el nuestro)

Un abrazo

Rodrigo

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2 comentarios en «¿El sacrificio está pasado de moda?»

  1. Rodri!!!
    Cómo estás?
    Bueno mi opinión y no solo mía si no también la de mi compañera de vida es que si esa palabra trae connotaciones negativas.
    Por que? Creemos que justamente por el mal uso que nuestras generaciones anteriores le dieron en nuestra crianza… nuestra palabra es esfuerzo….yo creo y estamos convencidos que esa tabla te costó muuuchooo esfuerzo de limpiar esa carpintería por eso el valor añadido que ese esfuerzo le dió al objeto material….. ojo nada de tarjetear y meterse en cosas que no podemos para nuestros hijos incluso para uno por el echo de la culpa, la falta de tiempo de calidad ,o estar a la moda, etc etc. Pero la palabra sacrificio para nosotros tiene otro significado. Más allá que el diccionario le diga que es similar a esfuerzo.
    Sacrificio 👎🏻
    Esfuerzo si, nada sin esfuerzo…..nada material viene solo. El esfuerzo como enseñanza primordial.
    Abrazo!!!!

    Responder
  2. Recuerdo a mis hermanos inventando con maderas una chata con rulemanes, se hacían las cometas, un monopatín con madera y rulemanes, el juda q se usaba para pedir plata para comprar petardos para quemar en navidad. Sí éramos más creativos, nos pasàbamos la tarde jugando a la escondida, paràbamos para tomar la leche. Las niñas armaban casas recortando revistas viejas, etc. Y estábamos mucho tiempo al aire libre, corriendo y felices. Los niños de ésta generación con las tablet y celulares, no son una generación q puedan contar todo lo q se pueden fabricar con sus manos.
    Lo bueno de plantar es q tienes una responsabilidad y cuando comes lo q crece, es una recompensa.

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