A veces me pasa que me cuesta mucho expresar con palabras algunas cosas.
Siento que me quedo corto, que no puedo trasmitir bien lo que quiero.
En particular es algo que me pasa cuando hablo con personas que tienen una forma de vida donde el estar endeudado es la norma.
Quiero explicarles lo que se siente vivir sin deudas y me cuesta.
Al final la sociedad ha adoptado la herramienta del endeudamiento como algo de uso común pero nadie nunca nos enseña a utilizar esta herramienta en nuestro beneficio.
Así llegamos a los casos de endeudamiento y de estrés crónico que genera el tener que correr de atrás todo el tiempo.
La semana pasada estuve trabajando en una empresa, charlando con sus empleados sobre planificación financiera.
Por suerte es algo que cada vez hago más, que me gusta mucho y que demuestra que algunas empresas están notando el valor de ayudar a sus colaboradores en sanar su relación con el dinero.
Es normal encontrar en empresas grandes casos de personas muy endeudadas.
Siempre intento que vean que no hay culpa en estar endeudado y que el camino es trabajar de manera sistemática en eliminar las deudas.
Se puede.
Siempre se puede.
La cuestión es que el fin de semana me contacta un chico que estuvo en la reunión y me dice algo así:
«Desde siempre vivo con deudas y ya me había acostumbrado a vivir de esa forma… pero después de tu charla me quedé pensando, así que fui con el aguinaldo y cancelé todas mis deudas… me siento como si me hubiera sacado una mochila muy pesada de arriba»
Esa misma es la sensación de vivir sin deudas!
Eso es lo que quiero explicar y tanto me cuesta!
Claro, para llegar ahí tenemos que desaprender muchas cosas y nadar muy contracorriente.
Cómo dijo Seneca:
«No sigamos, como ovejas, al resto del rebaño, porque nos lleva a donde el rebaño quiere, no a donde nosotros debemos ir»
Y vos ¿Qué estas haciendo por seguir el rebaño que no te beneficia?
Un gran abrazo
Rodrigo
