[stag_intro]Cuando yo era un bebe de pocos meses falleció mi abuela por problemas cardíacos siendo ella bastante joven, unos cuantos años después falleció de lo mismo mi abuelo, ya no tan joven él, pero mismos problemas. No es algo raro en la población mayor (y no tanto) que sufra de problemas cardiovasculares, de hecho los problemas cardiovasculares o cerebrosvasculares son la principal causa de muerte en Uruguay, muriendo por esto 7 personas por día, ese número en Uruguay es un disparate![/stag_intro]
La cosa es que a raíz de unos dolores que tuve en el pecho de forma inesperada decidí hacer una visita al médico, algo preventivo más que nada. Tuve una charla muy interesante con el doctor que entre otras cosas motivó que escribiera este artículo.
Pero ¿qué tienen que ver los problemas cardíacos con las finanzas personales? La respuesta es: todo.
Por un lado la salud es uno de los factores que nos hacen gastar más dinero, en especial en la adultez y por otro lado qué sentido tiene construir un plan de retiro para poder disfrutar el momento de la jubilación si uno llega hecho pelota a ese momento y ni puede subir una escalera.
El cardiólogo me decía que es poco probable (a menos que tenga un problema congénito) que alguien joven como yo (35) tenga complicaciones cardiovasculares, pero que tengo que tener claro que el corazón es un músculo y como tal debe entrenarse para que esté fuerte y sano, si no se hace es probable que suframos de problemas cardíacos en el futuro.
Los músculos se ejercitan enfrentándolos a sobrecarga, de esa manera es que haciendo pesas se gana volumen y fuerza. En el caso del corazón no hay forma de hacer pesas sino que el ejercicio viene de aumentar el flujo de sangre que bombea y eso lo logramos realizando ejercicio cardiovascular moderado e intenso.
Al igual que si levanto mucho peso sin estar preparado me puedo lastimar, en el caso del ejercicio cardiovascular puede pasar lo mismo. Si yo nunca hice ejercicio y me calzo los championes y salgo corriendo me puedo quedar seco por sobrecarga.
En el caso del ejercicio aeróbico hay una fórmula que nos dice, según nuestro pulso cual es la “zona segura” en que debemos ejercitarnos. Lo que hay que hacer es restar nuestra edad a 220 y ese número es la frecuencia cardíaca máxima que no debemos pasar. En mi caso con 35 años, es 185 (220 – 35). Lo que pasará es que con el tiempo y a medida que entrene voy a hacer ejercicio con más intensidad y no me subirá enseguida las pulsaciones. Lo importante en todo es caso es no pasar ese umbral, de hecho dicen los que saben que a un 75% del máximo ya está bien (en mi caso 139)
Cuando hablamos de ejercicio cardiovascular moderado o intenso estamos hablando de una caminata rápida, correr, andar en bici o en patines por ejemplo. Cómo regla general si no estás sudando no funciona.
En lo personal a mí nunca me gustó correr, una época hacía caminatas ligeras luego aparecieron los rollers y comenzamos con mi esposa a salir patinando por la rambla, es un ejercicio maravilloso porque no impacta en las rodillas cómo el correr y en lo personal me divierte más.
La otra cara de esta moneda es la alimentación. Mantener una dieta balanceada, no tener sobrepeso desde joven es fundamental. Es más fácil estar en forma construyendo hábitos desde joven, que bajar muchos kilos de mayor. Ni hablar el exceso de sal que ni lo sentimos, pero hace que nuestra presión arterial se dispare por las nubes, nada bueno para nuestro corazón.
En lo personal con el advenimiento de nuestro pequeño hijo se nos complicó mucho la parte de hacer deporte, nunca encontrábamos los tiempos y si los teníamos preferíamos dormir que hacer cualquier otra cosa. Ahora que ya está un poco más grande descubrimos que le gusta mucho ir en el asiento de atrás de la bicicleta, por lo que cambiamos las 8 ruedas de los rollers por las dos de la bicicleta y hacemos deporte los tres. Poder volver a hacer deporte nos ha hecho sentirnos mucho mejor en varios aspectos.
A lo que voy es que buscarle la vuelta sean cual sean las circunstancia para hacer ejercicio es una de las mejores inversiones que podemos hacer, dónde los intereses que nos genera son enormes y podemos traducirlo en dinero, salud, estado de ánimo, etc. Los beneficios son enormes.
Los invito a que inviertan una hora de su día (solo un 4% de un día) en hacer ejercicio, no lo piensen mucho y arranquen. Caminen escuchando música, anden en bicicleta, patinen o corran. Hagan algo que les guste y sobre todo incluyan esa actividad en su vida. No se van a arrepentir.
9 comentarios en «Invirtiendo en nosotros mismos»
Cuerpo, mente y espíritu, hay que ejercitar los 3! creo que es fundamental hacer ejercicio, los beneficios son enormes! me propuse hacerlo en epoca de estudio, que es cuando menos tiempo tengo, pero me ayuda a estudiar ya que me mantiene mas «despierto» y «mentalmente activo»!
Y no sabes lo agradecido que estoy. Gracias
gracias Rodrigo por compartir estas cosas.:)
Rodrigo, gracias por tu aporte.
Gracias a vos Gabriel, te leíste todo el sitio hoy!
Es responsabilidad tuya que así fuera. Los temas son vibrantes y aplicables no quiero perderme de apoyarte al menos con un comentario y si puedo agregarle mi experiencia personal
Gracias Christian
Es muy pertinente el artículo. Si «invertimos» en salud, por ejemplo haciendo un esfuerzo físico hoy, tendremos una «renta» en el futuro consistente en una mejor calidad y tiempo de vida, con menos gastos como se señala. La Economía no hace cosas tan distintas de las que hace por ejemplo la Medicina o cualquier otra rama del conocimiento.
Eso hago desde hace dos años y me siento cada día mejor y más positivo! Los problemas se van «corriendo».