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En la vida nos van a pasar cosas inesperadas y ahí es donde se forja nuestro carácter, en la forma en que enfrentamos la adversidad.
El fin de semana pasado, junto con mis hijos llevamos a cabo un proyecto que teníamos planificado desde el verano pasado y que estaba esperando este momento de reverdecer que estamos viviendo.
Mientras los árboles dejan ver sus primeras hojas y las flores comienzan a adornar los campos, decidimos comenzar nuestra huerta.
La huerta era un proyecto largamente planificado que estaba esperando el momento adecuado.
Decidimos comenzar con una huerta elevada, de esas que se hacen en cajones sobre la superficie de la tierra.
Compramos la madera, elegimos el mejor lugar, hicimos los cajones, pusimos tierra e hicimos un sistema de riego (rudimentario).
Luego, llegó el momento de la verdad, dividimos la huerta en dos, en un lado plantamos semillas y en el otro pusimos unos plantines.
Mi objetivo era que los pequeños visualizaran desde el vamos las plantas y mantuvieran la motivación sin que tuvieran que esperar que las semillas broten.
Plantamos zanahorias, puerros y acelga.
Regamos y festejamos el fin del proyecto.
Hasta ahí parece un cuento con final feliz.
Al otro día, nos despertamos y fuimos a regar la huerta antes de ir a la escuela…
Nada había en ella.
Las hormigas se habían dado un festín, nada quedaba de los puerros, las zanahorias o las acelgas.
Claro, el proyecto largamente anhelado y al que dedicamos planificación, tiempo y dinero parecía destruido, en especial en la cabeza de un par de niños de 5 y 8 años.
Solo quedaba una cosa, empezar de nuevo, aprendiendo de nuestro nuevo enemigo y buscando la forma de contrarrestarlo.
En eso estamos…
Cuento esta historia mientras enfrento una situación personal inesperada, un poco más importante que las hormigas y los puerros.
Quizás en el futuro se las cuenta, hoy no estoy preparado para hacerlo.
Me costó muchísimo sentarme a escribir este correo.
Pero solo me queda seguir adelante.
Si no lo hiciera ¿Qué ejemplo le doy a mis hijos?
Si no lo hiciera, ¿Cómo les explico que hay que plantar de nuevo y de nuevo, hasta que aprendamos a hacerlo?
Los niños aprender de lo que ven, no de lo que les decimos.
Este correo es un recordatorio para mi, de esa gran verdad.
Ojalá les aporte también.
Un abrazo
Rodrigo
1 comentario en «Hormigas, puerros y situaciones adversas»
Hola rodrigo, me encanto leerte justo tambien me encuentro, por una situacion inesperada, basicamente una lesion deportiva, me dejo fuera del trabajo un tiempo y tambien eso podria decirse que sin un incremento al menos significativo de mis ganancias, por suerte o por aprendizaje tengo mi colchon para sostenerme el tiempo necesario, pero digo no…. uno siempre tiene que volver a empezar y eso en si mismo es un aprendizaje, la vida es una caja de sorpresa, lo unico que nos permite seguir, no es solo la actitud frente a las situaciones adversas, si no tambien nuestra capacidad de reinventarnos constantemente para enfrentar aquellas, un gran abrazo desde europa. Me encanta leerte!