Si una cosa me ha enseñado Zetacuentas y el registro de gastos, es que gasto una fortuna en regalos. No es que tenga un super círculo social, pero se me juntan cumpleaños en algunos meses. Mayo, Octubre y Diciembre son un infierno. Además en Diciembre justo caen las fiestas, así que peor! Es todo un tema el presupuesto de regalos!
¿Cómo puedo hacer para no fundirme gracias a los regalos?
Hay una razón conceptual, que es identificar qué es un regalo, un regalo es una señal de aprecio a la otra persona, es dar algo para que esa persona se sienta especial… Dista bastante de la botella de vino o de la cadenita que usualmente se regala…
Repensemos el concepto de regalo bajo ese lente. Que tal si en ese afán de hacer que la otra persona se sienta especial, en vez de comprar algo impersonal, generamos una situación (recuerden que nos acordamos de las situaciones y no de las cosas)
Quizás un picnic en el parque, ir al teatro, ir a pasear a algún lugar, una comida casera con una mesa bien servida, una torta, un regalo hecho a medida por uno mismo en el arte que domine, una foto, etc.
Cualquier cosa de estas será más recordada que un objeto y nos va a salir más barato. Solo tenemos que prepararla y ahí está la complejidad. No lo resolvemos con 10′ en el Shopping y una tarjeta de crédito.
Hace muchos años, cuando estaba terminando el liceo, con mis amigos acostumbrábamos regalarnos tapas de diarios encuadradas que nosotros mismos hacíamos en la PC, falsificando las noticias y poniendo fotos ridículas. Era algo muy divertido, que nos salía dos mangos (que era lo que teníamos de presupuesto).
Si me preguntan que regalos recuerdo del 94, año en el cual seguro recibí muchos regalos, el único que conservo tanto física como en mi memoria, es mi tapa de diario.
Tengan eso presente la próxima vez que vayan a comprar un regalo.