Inaguro con este post la sección: «casos de éxito» donde cuento la historia de personas que han logrado trascender las reglas del consumismo y hoy son un ejemplo a seguir. Hoy les voy a contar la historia de un amigo que vive en Europa y que no se deja arrastrar por la ola de consumismo.
No pedí autorización, así que no voy a dar nombres, pero vos sabés que sos vos
El protagonista de esta historia es un uruguayo que vive en España hace unos años. Tuve oportunidad de estar con él hace unos meses en su nueva tierra y se portó como un campeón, me llevó a comprar unas cosas a un lugar increíble que era imposible que fuera si no íbamos en auto.
Mi amigo tiene un Renault Laguna del 97, un auto excelente, aquí en Uruguay sería normal, pero en España es un auto viejo para lo que es el parque automotor.
Mi amigo me contó que en España, la gente no se queda mucho tiempo con los autos, por esa razón, el mercado de autos usados, previo la crisis, casi no existía (ahora está creciendo). Dada la poca demanda de autos usados los precios están por el piso. En otras palabras, nadie quiere un auto usado. A tal punto que una vez alguien le dijo a mi amigo: «Tengo este Renault Laguna del 97 con 100.000 km, le voy a sacar la radio y la potencia y lo voy a mandar al depósito de chatarra» mi amigo le dijo «te doy lo que valga la radio y me quedo con el auto» Así pasó, fue una radio que vino con un auto de regalo.
Hoy ese auto tienen 240.000 km, recorrió todo Europa y funciona a la perfección. El éxito está en darse cuenta que el que sea último modelo o que se estacione solo no es lo importante de un vehículo. No caer en la presión social de cambiar el auto cada 3 años es tener la cabecita muy clara y los huevos bien puestos. Por eso: Felicitaciones!