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La navaja suiza de las finanzas

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Eran las 7:50 de un día de semana.

Estábamos sentados en la mesa desayunando, como todos los días de escuela.

La conversación fluía sobre el día que venía por delante con la siempre catarata de «por qué?» que los niños tienen a cierta edad.

Hubo un pequeño silencio entre bocado y bocado y entonces pasó.

Matilde, que recién cumplió 5 años dice con una naturalidad enorme:

«Mamá, Papá… creo que estoy enamorada»

Inmediatamente la tostada que estaba comiendo decidió qué tenía que ir por otro conducto de mi cuerpo y me atraganté en un ataque de tos.

Luego de que logré recuperar la compostura (fueron uno segundos largos) le pregunté a Matilde de quién estaba enamorada y sobre todo porque sentía eso.

El pequeño se llama Neitan y la justificación estaba relacionada con como le caía el pelo sobre la frente o algo así.

Lo asombroso era como lo decía com la mirada perdida y los ojos brillantes.

Claramente ese día cuando llevé a Mati a la escuela lo primero que hice fue identificar a Neitan.

Hoy ya no hablamos de Neitan, creo que ya pasó la etapa de enamoramiento.

Pero como todo, me deja una reflexión.

¿Cómo una niña de 5 años recién cumplidos, que se mueve en un círculo social relativamente pequeño y controlado y que ve casi nada de televisión toma actitudes adultas?

No sé la respuesta.

Lo que sí puedo asegurar es que no importa lo que hagamos, la mayoría de las cosas que nos suceden escapan a nuestro control.

Entender que podemos controlar y que no es una de las herramientas más poderosas que tiene nuestra mente.

En Finanzas Personales pasa lo mismo.

En nuestra vida vamos a tener unos cuantos contratiempos financieros.

O no financieros que se terminan transformando en temas de dinero.

El emprendedor que se enferma y está dos semanas sin facturar.

Al que le roban el auto y lo necesita para ir a trabajar.

El que se le rompe el celular.

Y un sinfin de situaciones más.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Existen algunas herramientas que nos pueden ayudar en esta situación de falta de control.

Hay dos de ellas que creo que son muy importantes, una es mental y la otra financiera.

Dicotomía de Control

Si logramos aceptar que nuestro control sobre la realidad es limitado y que lo único sobre lo que tenemos control real es de nuestra mente, vamos a poder seguir avanzando a pesar de que nos pasen cosas que en primera instancia interpretemos como malas.

Si mañana nos roban el auto y no habíamos pagado el seguro, podemos elegir amargarnos de por vida o podemos elegir aprender de la situación y seguir adelante.

Fondo de Emergencia

El Fondo de emergencia es la navaja suiza de nuestras finanzas personales.

Es la herramienta que nos permite sobrellevar muchos de esos reveses del destino.

No es una práctica común el fondo de emergencia, pero si lo logramos construir y aplicar entonces no hay trampa de la que no podamos salir.

Si, crecí en la generación de MacGyver, muchos no deben agarrar la metáfora., no saben lo que se perdieron…

Así como no puedo controlar que Matilde se enamore con 5 años, porque no depende de mi, puedo formarla en valores sólidos para que tome decisiones adecuadas, ahí tiene que estar mi foco y no en Neitan.

Un abrazo y nos hablamos la semana próxima.

P.D. Si conocen a Neitan o sus papás no les digan nada de esto, le prometí a Matilde que no salía de la mesa de casa… mesa donde estoy escribiendo estas líneas.

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