La ansiedad y el síndrome del ejecutivo ocupado

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Desde que tengo una fuerte tendencia a la ansiedad, soy consciente de eso y lucho todos los días para no caer ahí.

La ansiedad es vivir en el futuro, así como la nostalgia es vivir en el pasado.

La ansiedad nos puede hacer que no disfrutemos de la comida porque estamos pensando en el postre, que no nos maravillemos con el paisaje por miedo a llegar tarde, o que se nos revuelva la panza cuando dependemos de un taxi que debería llegar a las 5:00 y son las 5:10.

Muchos de los comportamientos financieros más destructivos son culpa de la ansiedad, por eso también mi lucha permanente.

En mi ex-vida de ejecutivo y visto a la distancia, una cosa que me doy cuenta es que se tiende a promover la ansiedad, confundiéndola con ese estado de permanente ocupación.

En otras palabras, si no demostrás que estás haciendo todo el tiempo cosas, parecería que no estás trabajando.

Ojo, cualquier directivo moderno te va a decir que eso no es así, que se premia por objetivos y que no importa como lo hagas, lo importante es llegar al resultado.

Es mentira.

Pero no una mentira para convencerte, es que ellos se lo creen, pero la realidad es que no actúan en consecuencia.

Es super fácil caer en un discurso socialmente aceptado, actuar de forma totalmente contraria y no ver lo que estamos haciendo.

Lo se, yo estuve ahí.

Una vez, un colega me acusó de que yo no trabajaba porque no estaba todo el día corriendo de un lado a otro como él.

Claro, este colega te puede recitar de memoria todo los libros de liderazgo que dicen justamente que correr todo el día no sirve en el largo plazo.

Cuando dejé de estar todo el tiempo ocupado y comencé a controlar la ansiedad fue que dejé de encajar en el sistema corporativo, o al menos eso es lo que sentí…

Tengo un truco para controlar la ansiedad.

Un truco que me ha ayudado mucho a estar en el presente.

Cuando estoy ansioso, simplemente siento el contacto de la planta de mis pies con el piso.

Pongo toda mi atención en eso, nada más.

Todo desaparece y siento solo esa parte de mi cuerpo. 

Es mágico cómo funciona y me ayuda a estar en el aquí y en el ahora.

Me ayuda a dejar la ansiedad de lado, estar menos ocupado haciendo cosas poco importantes y sobre todo, me permite acallar ese pequeño ejecutivo adicto a la dopamina que tengo dentro que me pide que siga corriendo.

Hoy, solo corro si tengo los championes(*) puestos

Un abrazo

Rodrigo

P.D. En Uruguay tendemos a decirle a las zapatillas deportivas Championes, por la marca Champions que se ve que entró temprano en Uruguay y le puso nombre a la categoría.

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1 comentario en «La ansiedad y el síndrome del ejecutivo ocupado»

  1. Uff!! Si sabré de eso!! Perdí la cuenta de las veces que me acusaron de hacer nada, solo por tomarme un tiempo para bajar la pelota y mirar a dónde iba a poner el pase (ya que estamos en tiempos mundialistas……..)
    Muchas gracias por tu mensaje.
    Abrazo

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