Vivienda Social: recalculando

vivienda social

Hace unos años apareció el fenómeno de la vivienda de interés social. Proyecto que tiene cómo definición lo siguiente:

La Ley N° 18.795 promueve la inversión privada en Viviendas de Interés Social a partir del otorgamiento de exoneraciones tributarias. Esta ley se enmarca en un programa más amplio cuyo objetivo es facilitar el acceso a viviendas a sectores de ingresos medios y medios bajos, a través de la compra o el alquiler. Este programa incluye además una serie de beneficios para los inversores privados (exoneraciones tributarias) y la creación de un nuevo Fondo de Garantía para Desarrollos Inmobiliarios (FOGADI).
Promueve la inversión privada en construcción, refacción o ampliación de un mínimo de dos hasta cien viviendas por padrón las que podrán tener como destino tanto la venta como el alquiler. La Oficina del Inversor tiene como objetivo asesorar al inversionista en el proceso de presentación del proyecto.

En resumen, es para nosotros los usuarios de clase media la posibilidad de obtener una vivienda a precios «razonables» y es para los empresarios una posibilidad de conseguir una interesante rentabilidad.

Tan interesante aparenta ser esa rentabilidad que mucha gente con dinero, gente que tenía para invertir 200.000 USD o 300.000 USD se tiró a entrar en este negocio buscando una rentabilidad mejor que la que dan otras herramientas financieras.

Ahora bien, lo cierto es que el mercado está contraído,  cualquiera lo puede notar si se pone a ver los carteles de ventas que hay en la calle. Yo tengo unos cuantos cerca de casa y no se venden, hace unos cuantos meses que están ahí.  En un mercado contraído los precios tienden a bajar, lo que es una oportunidad para el usuario y una mala noticia para el inversor.

Es así que según indica este artículo del País muchos de esos inversores que no eran del rubro de la construcción y que consiguieron la autorización para construir una vivienda social hoy le están pasando esos negocios a grandes jugadores.

El resumen del artículo es que al final serán 4 o 5 grandes jugadores en Montevideo que nuclearán toda la construcción de las viviendas sociales, porque los inversores que no son del palo no podrán tener procesos constructivos tan eficientes cómo lo pueden tener una empresa grande.

Para nosotros, los compradores, puede ser una oportunidad si es que los precios bajan, peor también puede ser una amenaza si termina habiendo un oligopólio de constructores, pues ellos pondrán las reglas del juego.

Me pareció interesante contar de este cambio de la realidad, quizás a más de uno le pueda aportar.

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